Este viernes tuvimos reunión con nuestro psiquiatra de referencia, el Dr. Romeu, para hablar sobre el manejo del trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) en mayores de 15 años, o dicho de otra forma, qué hacer con los pacientes que recibamos, una vez abandonen la considerada edad pediátrica, con este diagnóstico y su tratamiento.
La sesión, tras la presentación de la guía, dio paso a una interesante discusión, como era de esperar, sobre si estamos ante otra enfermedad ficticia o si realmente existe como tal. Se expusieron diferentes puntos de vista, entre ellos el de los más escépticos que nos resistimos a creer en esta entidad, en niños o en adultos. Se habló de la presión de la industria. Y por otro lado de teorías que afirman que muchos de los trastornos por ansiedad crónica de difícil control en adultos, trastornos de adaptación, puedan ser realmente casos de TDAH no diagnosticados.
Resultó curioso el hecho de que, pese al sobrediagnóstico que parece que se está haciendo de este trastorno en edad pediátrica, la mayoría de los médicos de familia presentes no hubiésemos atendido a ningún paciente con este diagnóstico a partir de los 15 años.
Resultó curioso el hecho de que, pese al sobrediagnóstico que parece que se está haciendo de este trastorno en edad pediátrica, la mayoría de los médicos de familia presentes no hubiésemos atendido a ningún paciente con este diagnóstico a partir de los 15 años.
De cualquier forma, aprovechando que hablamos sobre TDAH os animamos a echar un vistazo a esta reflexión publicada en Infac (Osakidetza) donde hay un apartado que habla precisamente sobre el TDAH en el adulto. Nos quedamos con este párrafo: «La ilusión de que los problemas de conducta de los niños pueden curarse con fármacos nos evita que, como
sociedad, tratemos de buscar soluciones más complejas, que serían necesarias. Los fármacos sacan a todos
(políticos, científicos, maestros, padres) del apuro. A todos, excepto a los niños». (Sroufe, 2012).
Os dejamos la guía que nos presentaron, elaborada por la USMIA (Unidad de Salud Mental en Infancia y Adolescencia). Cada uno que le dé el uso que considere.
Saludos.
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