En el Hospital de la Ribera de Alzira los residentes damos cada año una sesión institucional por parejas al resto de compañeros de las distintas especialidades. El pasado Jueves nos tocó el turno a Javier Lorenzo (Residente de 4º año de Cirugía General y Digestiva) y a mí, Eugenio Montero (Residente de 2º año de Medicina Familiar y Comunitaria).
Estas sesiones han tomado un nuevo rumbo en este curso y ahora, desde la Comisión de Docencia del Hospital, se nos ha invitado a realizar presentaciones más breves y con unos mensajes más claros y directos, intentando en la medida de lo posible implicar a los asistentes.
Normalmente elegimos un caso clínico que guarde relación con las dos especialidades. En este caso, y dado que una de las grandezas de la Medicina de Familia es que siempre podrá aportar algo a cualquier persona, decidimos que mi compañero eligiese el caso que más le gustase para poder explicar su intervención quirúrgica y, con el caso ya seleccionado, yo buscaría un tema de interés desde el prisma de la Medicina Familiar y Comunitaria.
En este caso, Javier eligió un caso de una pancreatitis alcohólica y vi una gran oportunidad para presentar a mis compañeros un brevísimo cuestionario existente que tiene una alta sensibilidad para detectar personas con consumo de alcohol de riesgo. El cuestionario es el AUDIT-C (Alcohol Use Disorder Identification Test - Consumption), hijo del AUDIT, que valora además dependencia y problemas biopsicosociales derivados de esta droga tan prevalente e infradiagnosticada en nuestro medio.
En la presentación podrán ver inicialmente el resumen del caso clínico elegido. Posteriormente planteamos una reflexión: "Es un fracaso no sólo personal el que una vida termine pasando sus últimos 4 meses en una UCI, sólo y sufriendo; también supone un fracaso socio-sanitario puesto que no en pocas ocasiones invertimos muchos rrecursos de todo tipo en actuar sobre estadios muy avanzados de enfermedad sin estar a penas sensibilizados con las actuaciones más precoces".
Tras esta reflexión presentamos el cuestionario a los asistentes, pero quisimos aprovechar la ocasión para hacerlo a modo de actividad comunitaria, es decir, les hicimos las preguntas en voz alta para que ellos fuesen sumando la puntuación que obtenían y pudieran auto-evaluar su grado de consumo.
Al final repartimos el test AUDIT completo a los asistentes, invitándoles a usarlo en sus distintos servicios. Nuestro objetivo fue intentar sensibilizar a los médicos ante este problema.